Historia de Nuestra Parroquia
¿Cómo surge?
En el BOAS (Boletín Oficial de la Archidiócesis de Sevilla) de septiembre de 1991 se publica el decreto, firmado por el Sr. Arzobispo de Sevilla don Carlos Amigo Vallejo, por el que se erige una nueva parroquia en Sevilla Este con el titulo de “Nuestra Señora de la Antigua y Beato Marcelo Spínola”. En ese mismo boletín sale el nombramiento del párroco de dicha parroquia, que recae sobre el sacerdote don Alberto Luis Pardo Díaz.
¿Por qué se llama así?
Hay varios motivos por los que se le pone este nombre a la parroquia.
“Nuestra Señora de la Antigua” porque en esas fechas España estaba celebrando el V Centenario del descubrimiento de América y la devoción a la Virgen de la Antigua jugó un papel muy importante en la evangelización de ese nuevo continente. Los misioneros y descubridores llevaron consigo la devoción a la Virgen de la Antigua, de manera que algunas naciones y muchas catedrales la adoptaron como patrona y titular.
En nuestro barrio, hay otro testimonio de los acontecimientos que se estaban celebrando en nuestro país, ya que al primer instituto del barrio se le pone el nombre de V Centenario.
“Beato Marcelo Spínola” porque el Beato fue Arzobispo de Sevilla y, además, en 1987 (cuatro años antes de la construcción de nuestra parroquia) San Juan Pablo II lo beatificó, por lo que era una gran ocasión para que Sevilla le dedicara una parroquia a su Arzobispo.
Ambos titulares están muy relacionados con la Catedral de Sevilla. En ella se venera a la Virgen de la Antigua y de allí parten los evangelizadores de América. También en la Catedral, reposan los restos mortales del Cardenal Spínola. Por estos motivos, el Cabildo de la Catedral decide costear la construcción de la nueva parroquia.
¿Por qué en Sevilla Este?
Era un barrio nuevo, en crecimiento, y había que prever las parroquias que hacían falta según el número de habitantes que se calculaba.
Casi al mismo tiempo, se crearon cuatro parroquias: Nuestra Señora de los Ángeles y Santa Ángela de la Cruz, San José y Santa María, la Ascensión del Señor y la nuestra: Nuestra Señora de la Antigua y Beato Marcelo Spínola.
Comienzo de la Actividad Parroquial
En aquel tiempo, las urbanizaciones que existían en Sevilla Este eran Ciudad Verde, Ciudad Blanca, Nueva Heliópolis y algunos bloques en la avenida.
La actividad parroquial comienza en dos casas adosadas de Nueva Heliópolis (hoy C/ Samarkanda), una comprada por el Arzobispado y otra cedida por un familiar del párroco. Un grupo de adultos y otro de jóvenes comienzan sus reuniones, catequesis y algunas celebraciones. La Misa dominical se celebra en el colegio público Isbilya, que generosamente nos abrió sus puertas. Así comenzamos como la levadura del evangelio: intentando fermentar a la masa.
¿Cómo llegan el grupo de adultos y de jóvenes?
Don Alberto (el párroco) era profesor del IES V Centenario e invitó a los alumnos para que le ayudaran a hacer la parroquia; de ahí surgió un grupito de jóvenes capitaneado por Javi Brazo, que hoy es sacerdote.
Los adultos surgieron algunos de la parroquia de Santa Ángela de la Cruz, donde don Alberto decía Misa, y otros eran los padres de los jóvenes.
Piedras Vivas
En el año 1993 el Sr. Arzobispo pone la primera piedra para la edificación del complejo parroquial en un solar cedido por el Ayuntamiento de Sevilla, y en diciembre de ese mismo año comienzan las obras de la primera fase (dependencias parroquiales y casa rectoral).
El arquitecto es don José Delgado Herrera y la empresa constructora "Frajoman".
Esta primera fase dura unos seis meses, permitiendo el comienzo de las actividades parroquiales en dichas dependencias y comenzando a celebrarse la Eucaristía diaria en el salón de actos.
Al poco tiempo, comienza la segunda fase (el templo parroquial).
Las obras quedan terminadas en septiembre de 1994 y el 1 de abril de 1995 el Arzobispo de Sevilla don Carlos Amigo Vallejo, en una solemne celebración, consagra el templo para el culto divino.
Al mismo tiempo que se realiza este proceso, la parroquia va realizando su tarea evangelizadora, formándose una comunidad cristiana formada por “piedras vivas” a la que poco a poco van incorporándose nuevos miembros. La levadura ha ido fermentando y la pequeña semilla de mostaza ha crecido: se ha convertido en un arbusto en cuyas ramas pueden posarse los pajarillos.
Veinticinco años de trabajo ilusionante de muchas personas adultas y jóvenes que, al mismo tiempo que profundizaban en su fe, la iban trasmitiendo a los demás.
Somos conscientes que todo esto ha sido posible porque Nuestra Señora de la Antigua y el Beato Marcelo Spínola han intercedido para que el Espíritu Santo nos anime. DEMOS GRACIAS A DIOS.
Alberto L. Pardo Díaz
PÁRROCO EMÉRITO