Durante el segundo fin de semana de Cuaresma, algunos miembros de nuestra Comunidad, acompañados por nuestro párroco don Rafael, tuvimos la oportunidad de vivir unos días de retiro espiritual en el convento Madre De Dios (Carmona).
Allí, pudimos encontrarnos con el Señor Resucitado y revivir la experiencia de los apóstoles en el monte Tabor, volviendo luego a la vida cotidiana con fuerzas renovadas y con la convicción profunda de que Dios nos ama entrañablemente a todos y cada uno de nosotros, y de que, a pesar de nuestra pequeñez, nos necesita para que seamos testigos de Su Amor y le ayudemos a hacer realidad Su Reino aquí en el Tierra.
Damos gracias a Dios por tan maravillosa experiencia, y también a las hermanas Dominicas de Nazareth por su generosa acogida.